Retratos de la biodiversidad. | Mileniusz Spanowicz, WCS - Agencia
Bolivia está entre los diez países del mundo con mayor riqueza biológica, con casi tres mil especies de vertebrados, incluidos 389 mamíferos, 1.415 aves, 306 reptiles, 254 anfibios y 635 peces, según un documento de Wildlife Conservation Society (WCS).
Además, el país ocupa el séptimo lugar en el mundo por su diversidad de aves y el undécimo por su rica flora, que incluye a más de 20 mil especies de plantas superiores.
La combinación de varios factores geográficos, climáticos y biológicos explican su gran diversidad. Sin embargo, actualmente, el cambio climático afecta a todos los países del mundo influyendo en el desarrollo y bienestar del ser humano y a toda forma de vida en la Tierra.
Por ello, con el objetivo de destacar la biodiversidad de Bolivia y la importancia de su conservación para hacer frente a los procesos del cambio climático, se realizará -en Cochabamba- una exposición fotográfica dedicada a la biodiversidad denominada "Retratos de la biodiversidad. El legado de la Madre Tierra".
En la exposición, una serie de fotografías de Mileniusz Spanowicz (Polonia) y de Eleanor Briggs (EEUU) -realizadas en alianza con WCS- refleja al ser humano y a la naturaleza conviviendo en armonía y en estrecha relación. Las imágenes logran capturar la belleza de los paisajes y animales fotografiados, así como representar los momentos mágicos de la danza y las ceremonias dirigidas a la Pachamama o Madre Tierra.
Desde mañana en la noche hasta el 7 de diciembre, la exposición permanecerá abierta al público cochabambino en la Sala Chanchos del Proyecto mARTadero, ubicada en la calle 27 de Agosto y Ollantay.
Participan en la organización de esta exhibición Wildlife Conservation Society, el Centro de Biodiversidad y Genética de la Universidad Mayor de San Simón, el Programa Nacional de Biocultura (PNB)-Cooperación (Cosude), el Proyecto mARTadero, el Museo de Historia Natural “Alcide d’Orbigny”, el Centro Pedagógico y Cultural Simón I. Patiño y la Fundación Programa de Conservación de los Murciélagos y la Biodiversidad (PCMB).
Cambio climático
La temperatura del planeta va en aumento, los glaciares se reducen, los ríos disminuyen su caudal, hay mayores inundaciones y las sequías se prolongan.
La deforestación es la segunda causa más importante de la emisión de dióxido carbono a la atmósfera por la acción humana, después de la combustión de carburantes fósiles.
Por ello, la conservación de los bosques es clave para la estabilidad y mitigación climática.
Aproximadamente el 20 por ciento de los glaciares tropicales del mundo se encuentran en Bolivia. Sin embargo, se estima que éstos perdieron entre el 30 y el 40 por ciento de su volumen.
La temperatura en nuestro país muestra una tendencia a subir de 0,32 a 0,34 grados centígrados por década.
Consecuencias negativas
Los bolivianos estamos expuestos a cinco consecuencias negativas del cambio climático, según el documento de WCS-: 1) menor disponibilidad de agua (temporadas cortas de lluvias, retrocesos de glaciares); 2) mayor frecuencia e intensidad de desastres naturales (inundaciones, heladas, granizadas, sequías); 3) mayor número de incendios forestales; 4) incremento de la incidencia de enfermedades transmitidas por mosquitos; 5) disminución de la seguridad alimentaria debido a la baja producción de cereales (arroz, papa, soya) y de pastizales para la ganadería.
Influencia en la biodiversidad
El cambio climático modifica la relación existente entre las especies y sus hábitats. Un incremento de la temperatura en los Andes de 2ºC podría causar la pérdida del 30 por ciento de las especies, ya que cada animal o planta necesita de ambientes y condiciones específicas de temperatura y humedad para sobrevivir.
Las especies que sólo se encuentran en un área pequeña o en las partes más altas de las montañas, son las más afectadas por el cambio climático.
Áreas protegidas
Las áreas protegidas son esenciales para asegurar las funciones vitales de los ecosistemas naturales, conservar la biodiversidad y regular el clima, el agua y los suelos contribuyen a reducir las emisiones de dióxido de carbono y, por tanto, los riesgos del calentamiento global.
A través de la protección de bosques, la provisión de agua y el resguardo de plantas silvestres de cultivos importantes, como la papa, quinua, papalisa e isaño, se fortalece la capacidad de mitigación y adaptación al cambio climático.
Las áreas protegidas de interés nacional son 22 y representan el 16 por ciento del territorio boliviano, concentrando más del 70 por ciento de las plantas y vertebrados registrados hasta el momento. Conservan el 22 por ciento de los bosques de Bolivia y han sido efectivas en la reducción de la deforestación. Muchos bosques no recuperan su composición y características aún después de cientos de años. La deforestación no es un proceso fácil de revertir.
Pueblos indígenas-originarios
La región andina posee una gran riqueza cultural producto del desarrollo que alcanzaron los pueblos que habitaron en el altiplano y los valles interandinos.
Su supervivencia estuvo garantizada mediante el acceso a una gran variedad de productos de diferentes pisos ecológicos (puna, cabecera de valle, ceja de monte y yungas). La domesticación de llamas y alpacas y el cultivo de plantas alimenticias, como la papa, la oca, la papalisa y la quinua, favorecieron su desarrollo social y económico.
Rindieron culto a la Pachamama, a las montañas o Apus, a los antepasados y a elementos de la naturaleza vinculados con la agricultura y la ganadería.
Estos ritos estaban relacionados con la cosmovisión dual del espacio andino y su concepción de complementariedad con la naturaleza.
Los grupos culturales de los bosques montanos y amazónicos y de las sabanas tropicales de las tierras bajas se caracterizaron por la complejidad de su organización social.
Lograron un importante desarrollo de la agricultura tropical (yuca, maní, frijoles, ajíes, maíz, piña), que combinaban con la recolección, la pesca y la caza.
Las creencias religiosas se basaron en los espíritus de la naturaleza y de los antepasados.
Entidades interconectadas
El ser humano y la Madre Tierra comparten un mismo futuro, son dos entidades inseparables e interconectadas. Esta relación ha sido la base del pensamiento indígena que influyó en el desarrollo de sus sistemas sociales, económicos y culturales.
Las poblaciones indígenas y originarias cuentan con conocimientos importantes que permiten manejar los recursos naturales de forma armónica y en equilibrio con la naturaleza.
Norte de La Paz
El norte de La Paz contiene uno de los paisajes más asombrosos por su belleza escénica y riqueza natural. Su gran variedad topográfica, climática y altitudinal (entre 180 y 6.100 metros de altura) dio como resultado el desarrollo de una diversidad de hábitats y especies de la vida silvestre.
Esta región concentra el mayor porcentaje de las plantas y animales existentes en Bolivia: el 60 por ciento de la flora y el 66 por ciento de los vertebrados, con un número muy elevado de especies de aves, alrededor del 77 por ciento de las aves del país y el 11 por ciento de las del mundo. Las áreas protegidas de Madidi, Pilón Lajas y Apolobamba son vitales para su conservación: protegen las cuencas, mantienen la calidad del agua, preservan los bosques y las poblaciones de numerosas especies.
LOS FOTÓGRAFOS
Mileniusz Spanowicz
El fotógrafo polaco logra en sus fotografías una fascinante combinación entre el registro científico y la intensidad que los animales fotografiados representan. Con paciencia y gran conocimiento de su comportamiento, consigue atrapar los momentos que reflejan mejor la vida de los animales y su entorno, descubriendo un mundo casi completamente desconocido para el común de quienes tienen como contexto sólo la vida urbana.
El artista presentó varias exposiciones en Polonia, Estados Unidos y Bolivia donde reside actualmente. Desde muy joven estuvo interesado en los animales y en la biología, pero particularmente en los reptiles.
Eleanor Briggs
Desde 1989, la reconocida fotógrafa Eleanor Briggs trabaja fotografiando a la gente, la naturaleza y la vida silvestre, sobre todo en el sudeste asiático y la India. Como miembro del Consejo de Wildlife Conservation Society (Sociedad de Conservación de la Vida Silvestre) visitó Birmania, Laos, Bután, Nepal, Camboya, Malasia y Bolivia.
Su trabajo se exhibe en museos y colecciones privadas.
Ha sido galardonada con la medalla Sahametrei por el Gobierno de Camboya por su contribución a la conservación y por su libro fotografías dedicado a ese país.